divendres, 18 de setembre del 2009

Qué miedo...

Qué miedo, qué miedo, qué miedo.

Es de noche, está tronando y estoy sola y desterrada en el comedor. Pero eso es lo último que me da miedo ahora, la verdad. Lo preocupante es que, siendo una noche de tormenta en la que me encuentro desterrada y desamparada en el comedor, me de por pensar en eso.

No quiero, no quiero, no debo.

Y no lo entiendo, y no me entiendo. Y el cerebro se enreda con fantasias escurridizamente incontrolables. Solo quiero que pase el tiempo, que llueva el fin de semana como una tormenta de verano, y... y... no sé. Es que no sé, joder! Pero que llegue. Que sea lo que tenga que ser, y que sea ya. Aunque... realmente...

No puedo, no puedo, no debo...